Te he enviado mi invitación,
la nota inscrita en la palma de mi mano por el fuego de la vida.
No saltes y grites, "¡Sí, esto es lo que quiero! ¡Hagámoslo!"
Simplemente ponte de pie en silencio y baila conmigo.
Enséñame cómo sigues
a tus deseos más profundos,
descendiendo en espiral hacia la aflicción dentro de la aflicción,
y yo te mostraré cómo me estiro hacia adentro y me abro
hacia afuera
para sentir el beso del Misterio, dulces labios sobre los míos,
cada día.
No me digas que quieres guardar al mundo
entero en tu corazón.
Muéstrame cómo te niegas a hacerle daño a otro
sin abandonarte a ti mismo cuando estás lastimado y temeroso
de no ser amado.
Cuéntame una historia acerca
de quien eres,
y mira quien soy en las historias que estoy viviendo.
Y juntos recordaremos que cada uno de nosotros siempre tiene una opción.
No me digas cuán maravillosas
serán las cosas . . . algún día.
Muéstrame que puedes arriesgarte a estar completamente en paz,
verdaderamente bien con la manera en que son las cosas ahora,
en este justo momento,
y de nuevo en el siguiente y en el siguiente y en el siguiente . . .
He escuchado suficientes historias de
guerreros con audacia heróica.
Dime cómo te desmoronas cuando golpeas contra el muro,
ese lugar que no puedes atravesar con la fuerza de tu propia voluntad.
¿Qué es lo que te lleva al otro lado de ese muro,
hacia la frágil belleza de tu propia humanidad?
Y después de habernos mostrado
cómo hemos establecido y mantenido
los límites claros y saludables que nos ayudan a vivir uno al
lado del otro,
arriesguémonos a recordar que nunca dejamos de amar silenciosamente
a aquellos que una vez amamos en voz alta.
Llévame a los lugares de la Tierra
que te enseñan a bailar,
los lugares donde puedes arriesgarte a dejar que el mundo te rompa el
corazón.
Y yo te llevaré a los lugares donde la tierra bajo mis pies
y las estrellas en lo alto vuelven entero a mi corazón una y
otra vez.
Muéstrame cómo te haces
cargo de los negocios
sin permitir que los negocios determinen quien eres.
Cuando los niños hayan sido alimentados,
pero aún las voces dentro y alrededor de nosotros griten
que los deseos del alma tiene un precio demasiado alto,
permitámonos recordarnos uno al otro que los asuntos nunca tratan
de dinero.
Muéstrame cómo ofreces
a tu gente y al mundo
las historias y canciones que deseas que los hijos de nuestros hijos
recuerden,
y yo te mostrare cómo lucho por no cambiar al mundo, sino amarlo.
Siéntate junto a mí en
largos momentos de soledad compartida,
conociendo tanto nuestra soledad absoluta como nuestra pertenencia innegable.
Baila conmigo en el silencio y en el sonido de las pequeñas palabras
cotidianas,
sin abrigar ninguna de ellas en mi contra al final del día.
Y cuando el sonido de todas las declaraciones
de nuestras más sinceras intenciones se haya desvanecido en el
viento,
baila conmigo en la pausa infinita antes de la siguiente gran inhalación
del aliento que nos respira a todos hacia el ser,
sin llenar el vacío ni desde afuera ni desde adentro.
No digas "¡Sí!"
Sólo toma mi mano y baila conmigo.
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Tomado y
reproducido con autorización de The Dance
(a publicarse en septiembre de 2001).
Copyright © 2001
por Oriah Mountain Dreamer
(autora del libro The Invitation).
Todos los derechos reservados.
No puede ser reproducido en su totalidad o en parte
sin el permiso de HarperCollins Publishers, Inc.,
10 E. 53 St., New York NY 10022.
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