Tomado del libro Mujeres
que Corren con los Lobos,
de Clarissa Pinkola Estés,
como le fue contado por un viejo africano-americano del Sur.
("Ésta es la manera de los antiguos reyes africanos", le dijo.)
Traducción de Cheryl Harleston
Un anciano que
está muriendo pide a su gente acercarse a su lado. Entrega una vara
corta y maciza a cada uno de sus muchos hijos, esposas y parientes. "Rompan
la vara", les indica. Con algo de esfuerzo, todos parten sus varas en dos.
"Así sucede cuando un alma está sola, sin nadie. Puede quebrarse fácilmente." A continuación el anciano le da otra vara a cada uno, diciendo: "Así es como quiero que vivan después de mi muerte. Coloquen sus varas juntas, en manojos de dos y tres. Ahora rompan esos manojos en dos." Nadie puede romper las varas cuando están dos o más en manojo. El anciano sonríe. "Somos fuertes cuando nos apoyamos en otra alma. Cuando estamos con otro, no podemos quebrarnos." |
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