De la Introducción
- Cantando sobre
los Huesos
El
arquetipo de la Mujer Salvaje reside en las entrañas, no en la
cabeza. Ella puede rastrear y correr y convocar y repeler. Puede percibir,
enmascarar y amar profundamente. Es intuitiva, típica y normativa.
Es absolutamente esencial para la salud mental y la salud del alma de
las mujeres.
Ella es el alma femenina. Sin embargo es más que eso: es la fuente
de lo femenino. Es todo lo que pertenece al instinto, a los mundos tanto
visibles como ocultos —ella es la base.
Ella es intuición, es capaz de ver claramente a distancia, es capaz
de escuchar a profundidad, es de corazón leal. Alienta a los humanos
a permanecer plurilingües, hábiles en los lenguajes de los
sueños, la pasión y la poesía.
Ella
es la voz que dice: "Por aquí, por aquí."
Ella es quien levanta estruendos contra la injusticia. Ella es por quien
abandonamos el hogar para buscarla. Ella es a quien regresamos a casa.
Ella es lo que nos mantiene en marcha cuando pensamos que ya estamos vencidas.
Unirse
a la naturaleza instintiva no significa desatarse, cambiar todo de derecha
a izquierda, de negro a blanco, moverse de este a oeste, actuar como loco
o fuera de control. No significa perder las socializaciones primarias
propias o volverse menos humano. Significa todo lo contrario. La naturaleza
salvaje contiene una vasta integridad en sí misma.
Significa establecer territorio, encontrar la propia manada, estar en
el propio cuerpo con certeza y orgullo, independientemente de los dones
y las limitaciones del cuerpo, hablar y actuar a favor de uno mismo, estar
consciente, alerta, recurrir a los poderes femeninos innatos de intuición
y percepción, reconocer los propios ciclos, encontrar a lo que
uno pertenece, erguirse con dignidad, retener tanta consciencia como se
pueda.
Del Capítulo 1
- El Aullido: La Resurrección de la Mujer Salvaje
La Loba,
la vieja, La Que Sabe, está dentro de nosotros. Florece en el más
profundo psique del alma de las mujeres, la antigua y vital Mujer Salvaje.
Ella describe su hogar como ese lugar en el tiempo donde el espíritu
de las mujeres y el espíritu de los lobos hacen contacto —el lugar
donde su mente y sus instintos se mezclan, donde la vida profunda de una
mujer consolida su vida mundana. Es el punto donde el Yo y el Tú
se besan, el lugar donde las mujeres corren con los lobos.
La Madre Creación
es siempre la Madre Muerte y viceversa. Debido a esta doble naturaleza
o doble labor, el gran trabajo frente a nosotros es aprender a entender
qué cosas a nuestro alrededor, acerca de nosotros y dentro de nosotros
deben vivir, y cuáles deben morir. Nuestro trabajo es entender
el momento de ambos sucesos; permitir que muera lo que tiene que morir,
y que viva lo que tiene que vivir.
Puedes mellar
el alma y doblegarla. Puedes herirla y dejarle cicatrices. Puedes dejar
las marcas de la enfermedad en ella, y las marcas ardientes del miedo.
Pero el alma no muere, pues La Loba la protege en el mundo subterráneo.
Ella es a la vez la que encuentra los huesos y la que los incuba.
Las personas practican
la meditación para encontrar alineación psíquica.
Por eso las personas practican la psicoterapia y el análisis. Por
eso analizan sus sueños y crean arte. Por eso muchos leen el Tarot,
el I Ching, bailan, tocan el tambor, hacen teatro, husmean en la poesía,
y encienden el fuego de la oración. Por eso hacemos todas las cosas
que hacemos. Es la labor de juntar todos los huesos. Luego tenemos que
sentarnos junto al fuego y pensar qué canción usaremos para
cantar sobre los huesos, qué himno de creación, qué
himno de re-creación. Y las verdades que digamos harán la
canción.
Hay algunas preguntas
buenas que hacerse mientras uno decide la canción, la verdadera
canción propia:
- ¿Qué
le ha sucedido a la voz de mi alma?
- ¿Cuáles
son lo huesos enterrados de mi vida?
- ¿En qué
condiciones está mi relación con el Yo instintivo?
- ¿Cuándo
fue la última vez que corrí libre?
- ¿Cómo
hago para que la vida cobre vida de nuevo?
- ¿A dónde
ha ido La Loba?
Regresa y párate
bajo esa única flor roja y camina de frente esa última milla,
la más difícil. Acércate y golpea en esa puerta vieja
y curtida por la intemperie. Sube hasta la cueva. Arrástrate a
través de la ventana de un sueño. Escudriña el desierto
para ver qué puedes encontrar. Es el único trabajo que tenemos
que hacer.
¿Deseas
consejo psicoanalítico?
Ve a juntar huesos.
Del
Capítulo 2 - Acechando al Intruso:
La Primera Iniciación
Todas las criaturas
deben aprender que existen depredadores. Sin este conocimiento, una mujer
no será capaz de transitar con seguridad dentro de su propio bosque
sin ser devorada. Entender al depredador es volverse un animal maduro
que no es vulnerable por ingenuidad, inexperiencia o tontería.
Una persona predatoria
abusa del jugo creativo de una mujer, tomándolo para su propio
placer o uso, dejándola en blanco y preguntándose qué
sucedió, mientras que ellos mismos se vuelven de alguna manera
más vigorosos y robustos.
El patrón
de ceder la vida central de uno pudo haber comenzado en la infancia, fomentado
por guardianes que deseaban los dones y la belleza de la niña para
acrecentar el propio vacío y hambre de los guardianes. Por lo general,
una mujer con buenos instintos sabe que el depredador se encuentra cerca
cuando se descubre involucrada en una relación o situación
que provoca que su vida se vuelva más pequeña en vez de
más grande.
Muchas mujeres
han vivido literalmente el cuento de Barba Azul. Se casan siendo aún
ingenuas en cuanto a los depredadores, y eligen a alguien que resulta
ser destructivo para sus vidas. Están decididas a "curarlo" con
amor. De alguna manera están "jugando a la casita". Se podría
decir que han pasado demasiado tiempo exclamando: "En realidad su barba
no es tan azul."
Aunque podría
ser la pareja misma de la mujer quien la denigra y desmantela su vida,
coincide con el depredador innato dentro de su propio psique. Mientras
la mujer sea forzada a creer que no tiene poder, y/o sea entrenada a no
registrar conscientemente lo que ella sabe que es verdad, los impulsos
y dones femeninos de su psique seguirán siendo asesinados.
La engañosa
promesa del depredador es que la mujer se convertirá en reina de
alguna manera, cuando de hecho se está planeando su asesinato.
Existe una salida de todo esto, pero uno deberá tener una llave.
La llave es tanto
el permiso como la aprobación de conocer los secretos más
profundos y oscuros del psique, en este caso ese algo que negligentemente
denigra y destruye el potencial de una mujer.
Plantear la pregunta
apropiada es la acción central de la transformación —en
los cuentos de hadas, en el análisis y en la individuación.
Las preguntas son las llaves que hacen que las puertas secretas del psique
se abran de par en par.
- ¿En dónde
piensas que está esa puerta, y qué podría haber
del otro lado?
- ¿Qué
hay detrás de lo visible?
- ¿Qué
hace que esa sombra se asome en la pared?
- ¿Qué
cosa no es como parece?
- ¿Qué
es lo que yo sé en lo profundo de mis ovarios que desearía
no saber?
- ¿Qué
parte de mí ha sido asesinada o yace muriendo?
Quienes han de
desarrollar la consciencia buscan con afán todo lo que yace detrás
de lo fácilmente observable: el chirriar invisible, la ventana
sombría, la quejumbrosa puerta, el filo de luz bajo el alféizar.
Buscan con afán estos misterios hasta que la substancia de la materia
se abre ante ellos.
En lugar de desdeñar
al depredador del psique o huir de él, lo desmembramos.
Desmantelamos
al depredador oponiéndonos a sus peroratas con nuestras propias
verdades nutridoras. El depredador: "Nunca terminas lo que empiezas."
Tú: "Termino muchas cosas." Desmantelamos los ataques del depredador
natural tomándonos a pecho y trabajando con lo que es verdad en
lo que dice el depredador y luego descartando el resto. Lo desmantelamos
manteniendo nuestras intuiciones e instintos, y resistiéndonos
a sus seducciones.
Cuando nos rehusamos
a albergar al depredador, se extrae su fuerza y es incapaz de actuar sin
nosotros. Cuando el energum psíquico del depredador se disuelve,
puede ser moldeado para otro propósito. Entonces nos convertimos
en creadores; la substancia prima reducida se vuelve la materia de nuestra
propia creación.
La rabia del
depredador puede convertirse en un fuego del alma para realizar una gran
labor en el mundo. La astucia del depredador puede usarse para inspeccionar
y entender las cosas a cierta distancia. La naturaleza asesina del depredador
puede usarse para matar aquello que debe morir apropiadamente en la vida
de una mujer, o a lo que ella debe morir en su vida externa.
Del Capítulo 3
- Olfateando los Hechos: La Recuperación de la Intuición como
Iniciación
Tener buena intuición,
buen poder, causa trabajo. Causa trabajo en primer lugar en la observación
y comprensión de las fuerzas negativas y desequilibrios tanto internos
como externos. En segundo lugar, causa esfuerzo el reunir la voluntad
para hacer algo con lo que uno ve, ya sea por el bien, por el equilibrio,
o para permitir que algo muera.
No te mentiré:
es más fácil deshacerse de la luz y dormirse, pues con ella
vemos claramente todos los lados de nosotros mismos y de otros, tanto
lo desfigurado como lo divino, y todas las condiciones entre ambos.
Sin embargo,
con esta luz vienen a la consciencia los milagros de belleza profunda
en el mundo y en los humanos. Con esta luz penetrante uno puede ver más
allá de la acción mala hasta el corazón bueno, uno
puede vislumbrar el espíritu dulce aplastado bajo el odio, uno
puede entender mucho en lugar de sólo estar perplejo. Esta luz
puede diferenciar las capas de personalidad, intención y motivos
en los otros. Puede determinar la consciencia e inconsciencia en uno mismo
y en los demás. Es la vara del conocimiento. Es el espejo en el
que todas las cosas se perciben. Es la profunda naturaleza salvaje.
No obstante,
hay momentos en que sus informes son dolorosos y casi imposibles de soportar:
pues también señala donde hay traiciones preparándose,
donde hay falta de valentía en quienes dicen lo contrario. Señala
la envidia que yace como grasa fría detrás de una sonrisa
cálida; señala las miradas que son meras máscaras
del disgusto. En relación a uno mismo, su luz es igualmente intensa:
brilla sobre nuestros tesoros y nuestras debilidades.
La manera para
mantener la conexión con lo salvaje es preguntarte a ti mismo qué
es lo que tú quieres. Una de las discriminaciones más
importantes que podemos hacer en esta cuestión es la diferencia
entre las cosas que nos atraen desde afuera y las cosas que nos llaman
desde nuestra alma.
Elegimos algo
porque casualmente estaba bajo nuestras narices en ese preciso momento.
No es necesariamente lo que queremos, pero es interesante, y mientras
más lo miramos, más atractivo se vuelve.
Cuando estamos
conectados con el yo instintivo, con el alma de lo femenino que
es natural y salvaje, entonces en lugar de mirar lo que casualmente está
en exhibición, nos decimos: "¿De qué tengo hambre?"
Sin ver nada externamente, nos aventuramos dentro de nosotros y preguntamos:
"¿Qué es lo que anhelo? ¿Qué deseo en este momento?
¿Qué apetezco? ¿Qué quiero? ¿Qué ansío?"
Se requiere de
espíritu, voluntad y sentido del alma, y a menudo significa insistir
en lo que uno quiere.
Del Capítulo 4
- La Pareja: La Unión con el Otro
Si las mujeres
quieren que los hombres las conozcan, que realmente las conozcan, ellas
tienen que enseñarles algo del conocimiento profundo. Algunas mujeres
dicen que están cansadas, que ya han hecho demasiado en esta área.
Sugiero humildemente que han estado tratando de enseñarle a un
hombre a quien no le interesa aprender. La mayoría de los hombres
quieren saber, quieren aprender. Cuando los hombres muestran esa voluntad,
entonces es el momento de revelar cosas: no sólo porque sí,
sino porque otra alma lo ha pedido.
Para ganarse el
corazón de la mujer salvaje, una pareja deberá entender
plenamente la dualidad natural en ella. Cualquier persona cercana a una
mujer salvaje de hecho está en presencia de dos mujeres: un ser
externo y una criatura interna, una que vive en el mundo de arriba,
y otra que vive en el mundo no tan fácilmente visible. El ser externo
vive bajo la luz del día y es fácilmente observable. A menudo
es pragmática, aculturada, y muy humana. La criatura, no
obstante, con frecuencia viaja a la superficie desde muy lejos, a menudo
apareciendo para luego desaparecer con la misma velocidad, sin embargo
dejando siempre tras de sí un sentimiento: algo sorprendente, original
y sabio.
Una mujer posee
tremendos poderes cuando los aspectos duales individuales son reconocidos
conscientemente y contemplados como unidad, sosteniéndolos juntos
en lugar de mantenerlos separados. El Poder de Dos es muy fuerte y ninguno
de los dos lados de la dualidad debe ser desatendido. Necesitan ser alimentados
por igual, pues juntos aportan un poder sobrenatural al individuo.
Del Capítulo 5
- De Cacería: Cuando el Corazón es un Cazador Solitario
Hay doce labores
que enseñan a un alma a amar bien y profundamente a otra:
- Descubrir a
la otra persona como una especie de tesoro espiritual.
- Perseguir y
esconderse: un tiempo de esperanzas y miedos para ambos.
- Desenredar
y entender los aspectos de Vida/Muerte/Vida de la relación, y
la compasión por la labor.
- Relajarse en
la confianza: la habilidad de descansar en la presencia y la buena voluntad
del otro.
- Compartir tanto
sueños futuros como tristezas pasadas.
- Utilizar el
corazón para cantar nueva vida.
- Entremezclar
los cuerpos y las almas.
Del
Capítulo 6 - Encontrando la Propia
Manada: La Bendición de Pertenecer
La naturaleza
salvaje, cuando es presionada hacia circunstancias de poco nutrimiento,
instintivamente procura continuar a pesar de todo. La naturaleza salvaje
instintivamente se sostiene y se mantiene firme, a veces con estilo, otras
veces con poca gracia, pero se sostiene.
Aún cuando
sólo hayamos escuchado o visto o soñado en un maravilloso
mundo salvaje al que alguna vez pertenecimos, aún cuando no lo
hayamos tocado todavía, o sólo momentáneamente, aún
cuando no nos identifiquemos como parte de él, el recuerdo de ese
mundo es un faro que nos guía hacia lo que pertenecemos, y para
el resto de nuestras vidas.
¿Cuál
es la nutrición básica del alma? Pues difiere de criatura
a criatura, pero aquí hay algunas combinaciones. Considéralas
como macrobiótica psíquica. Para algunas mujeres, el aire,
la noche, la luz del sol y los árboles son necesidades. Para otras,
las palabras, el papel y los libros son las únicas cosas que sacian.
Para otras más, el color, la forma, la sombra y el barro son los
absolutos. Algunas mujeres deben saltar, inclinarse y correr, pues sus
almas ansían bailar. Y otras más ansían tan sólo
una paz recargada en un árbol.
Del
Capítulo 7 - El Cuerpo Gozoso: La Carne Salvaje
El poder cultural
del cuerpo es su belleza, pero el poder en el cuerpo es
raro, pues la mayoría lo ha ahuyentado con su tortura de o su vergüenza
por la carne.
No existen los
"debería" en los cuerpos. No se trata del tamaño de la forma
o años de edad, y ni siquiera se trata de tener dos de cada cosa,
pues algunos no tienen. Pero la cuestión salvaje es: ¿Siente
este cuerpo? ¿Tiene una conexión apropiada con el placer,
con el corazón, con el alma, con lo salvaje? ¿Tiene felicidad,
alegría? ¿Puede a su manera propia moverse, bailar, zangolotearse,
oscilar, embestir? Nada más importa.
Del
Capítulo 8 - Autoconservación: Identificando las
Trampas de Piso, Jaulas y Carnadas Envenenadas
Cuando está
muy hambrienta, una mujer aceptará cualquier substituto que se
le ofrezca, incluyendo aquéllos que, como placebos, no hacen nada
por ella, así como los destructivos y los que ponen en riesgo su
vida, que la hacen perder horriblemente su tiempo y sus talentos, o exponen
su vida a peligros físicos. Es el hambre del alma lo que hace que
una mujer elija cosas que la harán bailar alocadamente fuera de
control —y demasiado cerca de la puerta del verdugo.
Nueve de diez
veces una mujer con un problema espiritual/psicológico que la lleva
a caer en trampas y a ser gravemente herida, es una mujer que actualmente
está pasando o ha pasado hambre del alma.
La mujer con el
instinto herido por lo general se pone en evidencia porque se le dificulta
pedir ayuda o reconocer sus propias necesidades. Sus instintos naturales
de pelear o huir están drásticamente disminuidos o extinguidos.
El reconocimiento de las sensaciones de saciedad, mal sabor, sospecha,
cautela, y el impulso de amar plena y libremente son inhibidos o exagerados.
Uno de los ataques
más insidiosos al Yo salvaje es el ser dirigido a actuar correctamente,
dando a entender que uno será recompensado (si acaso). Mientras
que la consistencia, el seguimiento y la organización son esenciales
para poner en práctica una vida creativa, el antiguo precepto femenino
de "ser decorosa" mata cualquier oportunidad de expansión.
Cuando la colectividad
es hostil hacia la vida natural de una mujer, en lugar de aceptar las
etiquetas despectivas o irrespetuosas que le colocan encima, ella puede
y debe, como el patito feo, mantenerse firme, sostenerse y buscar a lo
que pertenece -y preferiblemente vivir más, florecer más
y crear más que aquéllos que la envilecieron.
Del
Capítulo 9 - Volviendo a Casa: El
Regreso a Una Misma
En las culturas
de caza, la piel equipara al alimento como el producto más importante
de supervivencia. Psicológicamente, estar sin piel causa que una
mujer persiga lo que ella cree que debe hacer, en lugar de lo que verdaderamente
desea. Le causa seguir a cualquier persona o cosa que le de la impresión
de ser la más fuerte —sea bueno para ella o no. Y entonces ella
brincará mucho y mirará poco. Es jocosa en lugar de incisiva,
se ríe de las cosas, aplaza las cosas. Se muestra renuente a dar
el siguiente paso, a hacer el descenso necesario y a mantenerse ahí
el tiempo suficiente para que algo suceda.
Desde el momento
en que nacemos hay un impulso salvaje dentro de nosotros que desea que
nuestra alma conduzca nuestra vida, pues el ego está limitado en
cuanto a lo que puede entender. Imagina al ego con una correa permanente
y relativamente corta; sólo puede llegar hasta cierto punto dentro
de los misterios de la vida y del espíritu. Por lo general se asusta.
Tiene el mal hábito de reducir todo lo sobrenatural a un "no es
nada más que..." Exige que los hechos sean observables. Las pruebas
que son de naturaleza emocional o mística con frecuencia no le
sientan bien. Es por eso que el ego se siente solo.
Como todas las
demás cosas solitarias o hambrientas, el ego ama la luz. Ve luz
y la posibilidad de estar cerca del alma, y se acerca furtivamente a ella
para robarle uno de sus camuflajes esenciales. Por su hambre de alma,
nuestro propio ego roba la piel.
Es difícil
reconocer nuestra condición hasta que nos volvemos como la mujer
foca en su aflicción: se nos desprende la piel, cojeamos, perdemos
jugo, perdemos la vista. Así pues, es un regalo de la inmensa vitalidad
del psique que en lo profundo del inconsciente haya alguien que llama,
un ser muy antiguo que sale a la superficie de nuestra consciencia y comienza
a llamarnos incesantemente para que regresemos a nuestra verdadera naturaleza.
Es una característica
profunda del psique salvaje que, si no vamos por cuenta propia, si no
estamos prestando atención a nuestras temporadas y al momento de
regresar, la Anciana vendrá por nosotras, llamando y llamando hasta
que algo en nosotras responda.
Puesto que el
psique es un sistema completo, todos sus elementos hacen resonancia al
llamado. El desasosiego de una mujer durante ese tiempo a menudo va acompañado
de irritabilidad y una sensación de que todo está demasiado
cerca para sentirse cómoda, o demasiado lejos para sentir paz.
Ella se siente desde un poco hasta muy "perdida", pues ha permanecido
demasiado tiempo lejos de casa. Estos sentimientos son justamente los
que requiere sentir. Esa sensación de estar dividida viene de escuchar,
consciente o inconscientemente, algo que nos llama, que nos llama a regresar,
algo a lo que no podemos negarnos sin lastimarnos.
Hogar es donde
un pensamiento o un sentimiento pueden ser sustentados en lugar de ser
interrumpidos o arrebatados de nosotros porque otra cosa nos esté
exigiendo nuestro tiempo y atención.
Hogar es una
sensación o estado de ánimo sostenido que nos permite experimentar
sentimientos que no necesariamente están sustentados en el mundo
mundano: asombro, visión, paz, liberación de las preocupaciones,
liberación de las exigencias, liberación del constante parloteo.
Hogar es la vida
instintiva primitiva donde todo es como debe ser, donde todos los ruidos
suenan bien, y la luz es buena, y los olores nos hacen sentir más
calmados en lugar de alarmarnos.
Del
Capítulo 10 - Agua Clara: Nutriendo
la Vida Creativa
Si quieres matar
algo, simplemente pórtate frío con ello. En cuanto uno se
congela en sentimiento, pensamiento o acción, la relación
no es posible. Cuando los humanos quieren abandonar algo en ellos mismos,
o abandonar a alguien a su suerte, los ignoran, les retiran la invitación,
los dejan fuera, hacen hasta lo imposible para no tener que oír
su voz o posar la vista en ellos.
Perder el enfoque
significa perder energía. Lo más absolutamente equivocado
que podemos intentar cuando hemos perdido el enfoque es apresurarnos a
tratar de reunirlo todo otra vez. Apresurarse no es lo que hay que hacer.
Sentarse y mecerse es lo que hay que hacer. La paciencia, la paz y el
mecerse renuevan las ideas. Simplemente sostener la idea y tener la paciencia
de mecerla son lo que algunas mujeres llamarían un lujo. La Mujer
Salvaje dice que es una necesidad.
Si has perdido
tu enfoque, simplemente siéntate y quédate quieta. Toma
la idea y mécela de un lado a otro. Guarda parte de ella y tira
otra parte, y se renovará a sí misma. No necesitas hacer
otra cosa.
No importa que
nuestro enfoque esté en el autodesarrollo, en los asuntos mundiales
o en la relación de pareja, el animus se fatigará.
No es cuestión de si lo hará o no, es cuestión de
cuándo.
La Mujer Salvaje
espera que el animus se fatigue de manera regular. Ella
no se escandaliza cuando caemos por su puerta. Está preparada.
No correrá hacia nosotras en pánico. Simplemente nos levantará
y nos abrazará hasta que recuperemos de nuevo nuestro poder.
Una manera poderosa
de renovar o fortalecer una intención o acción que se ha
fatigado es deshacernos de algunas ideas y enfocarnos.
Enfocarse es
usar todos nuestros sentidos, incluyendo la intuición.
Del
Capítulo 11 - Calor: Recuperando
una Sexualidad Sagrada
El calor de una
mujer no es un estado de excitación sexual sino un estado de intensa
consciencia sensorial que incluye, pero no se limita a, su sexualidad.
Lo sagrado y lo
sensual habitan muy cerca el uno del otro dentro del psique, pues ambos
son traídos a la atención mediante un sentido de asombro,
no intelectualizando sino experimentando algo a través de las vías
físicas del cuerpo, algo que momentánea o eternamente —ya
sea un beso, una visión, una carcajada o lo que sea— nos cambia,
nos sacude, nos lleva a la cima, alisa nuestras líneas, nos da
un paso de baile, un silbido, una verdadera explosión de vida.
Cuando la risa
ayuda sin causar daño, cuando la risa aligera, vuelve a alinear,
vuelve a ordenar, reafirma el poder y la fuerza, ésta es la risa
que genera salud. Cuando la risa hace a las personas sentirse felices
por estar vivas, contentas de estar aquí, más conscientes
del amor, intensificadas en el eros, cuando les quita la tristeza y las
arranca del enojo, eso es sagrado. Cuando las vuelve más grandes,
mejores, más generosas, más sensibles, eso es sagrado.
Del
Capítulo 12 - Marcando el Territorio:
Los Linderos de la Rabia y el Perdón
La rabia corroe
nuestra confianza en que algo bueno pueda ocurrir. Algo le ha sucedido
a la esperanza. Y atrás de la pérdida de esperanza por lo
general hay enojo; atrás del enojo, dolor; atrás del dolor,
usualmente tortura de algún tipo, a veces reciente, pero con más
frecuencia de mucho tiempo atrás.
Los muertos huérfanos
del psique son las palabras, ideas y pensamientos creativos en la vida
de una mujer que han sufrido una muerte prematura, y que contribuyen profundamente
a su rabia. En cierta forma se podría decir que la rabia es el
resultado de los fantasmas que no han sido sepultados apropiadamente.
A pesar de que
algunas personas afirman poder crear a partir de su rabia crónica,
el problema es que la rabia limita el acceso al consciente colectivo —esa
reserva infinita de imágenes y pensamientos imaginales— de tal
forma que la persona que crea a partir de la rabia tiende a crear la misma
cosa una y otra vez, sin que surja nada nuevo. La rabia no transformada
puede convertirse en un mantra constante acerca de cuánto fuimos
oprimidos, heridos y torturados.
Libérate
a ti mismo de la ilusión de que el presente es una repetición
exacta y calculada del pasado.
Para sanar verdaderamente,
debemos decir nuestra verdad y no sólo nuestro pesar y dolor, sino
también qué daño fue causado, qué enojo, qué
disgusto, y también qué deseo de autocastigo o venganza
fue evocado en nosotros.
Es posible mantener
una especie de válvula de presión para nuestra vida emocional,
y uno puede ser fiero y generoso a la vez. Uno puede ser reservado y valioso.
Uno puede proteger su territorio, marcar muy claramente sus límites,
sacudir el cielo si es necesario, y no obstante estar disponible, ser
accesible, ser productivo al mismo tiempo.
La mayoría
de las mujeres puede sentir el más mínimo cambio en el temperamento
de otro; puede leer rostros y cuerpos —a lo cual se le llama intuición—
y a partir de una abundancia de pequeñas pistas que se congregan
para darle información, con frecuencia sabe lo que tienen en mente.
A fin de utilizar estos dones salvajes, las mujeres permanecen abiertas
a todas las cosas. Pero es esta misma apertura lo que hace vulnerables
sus límites, exponiéndolas por lo tanto a las heridas del
alma.
Si una mujer tiene
el instinto herido, a menudo tiene problemas para reconocer la intrusión;
se tarda en notar las violaciones de territorio y no registra su propio
enojo hasta que está encima de ella.
De manera típica,
tales mujeres no actúan desde su rabia en el momento apropiado;
quizás se adelanten a los hechos o tengan una reacción retardada
semanas, meses o incluso años después, dándose cuenta
de lo que debían o podían haber hecho, o lo que hubieran
dicho. Por lo general esto no es causado por timidez o introversión,
sino por pensar demasiado, por poner demasiado empeño en ser agradables,
y por no actuar lo suficiente desde el alma.
El instinto herido
debe ser corregido mediante practicar y hacer valer límites fuertes,
y practicar respuestas firmes y, cuando sea posible, generosas pero sólidas.
En su psique instintivo,
una mujer tiene el poder, cuando es provocada, de enojarse de una manera
atenta —y eso es poderoso. El enojo es una de sus maneras innatas
de comenzar a estirarse para crear y preservar los equilibrios que considera
importantes, todo lo que verdaderamente ama. Es su derecho y, en ciertos
momentos y bajo ciertas circunstancias, una obligación moral.
Hay lugar y mucha
necesidad para el enojo apropiado y claro, especialmente cuando se han
hecho llamadas previas a la consciencia en tonos que van desde el dulce
hasta el moderado, que no han sido escuchadas. El enojo es el siguiente
paso en la jerarquía de llamar la atención.
A veces las personas
se confunden y piensan que estar atascado en una rabia antigua significa
fastidiar y lanzar rayos y sobreactuar y sacudir y arrojar objetos. En
la mayoría de los casos no significa eso. Significa sentirse cansado
todo el tiempo, tener una gruesa capa de cinismo, destruir lo esperanzador,
lo tierno, lo prometedor. Significa tener miedo de perder antes de abrir
la boca. Significa alcanzar el punto de inflamación por dentro,
independientemente de si lo muestras por fuera o no. Significa los silencios
biliosos y atrincherados. Significa sentirse desvalido. Pero existe una
salida, y es a través del perdón.
Nada que un humano
haya hecho, esté haciendo, o pueda hacer está afuera de
los confines del perdón. Nada.
El perdón
es un acto de creación. Puedes elegir entre muchas maneras de hacerlo.
Puedes perdonar por ahora, perdonar hasta entonces, perdonar hasta la
siguiente vez, perdonar pero no dar más oportunidades —será
un juego enteramente nuevo si ocurre otro incidente. Puedes dar una oportunidad
más, dar oportunidad sólo en caso de. Puedes perdonar parte,
o todo, o la mitad de la ofensa. Puedes diseñar una manta de perdón.
Tú decides.
Las Cuatro Etapas
del Perdón:
- Desistir -
Dejarlo en paz, no para pasarlo por alto, sino para volverse ágil
y fuerte a fin de desapegarse de la situación.
- Resistir -
Abstenerse de castigar. Tener paciencia, afrontar, canalizar las emociones.
Practicar la generosidad.
- Olvidar - Apartarse
del recuerdo, rehusarse a permanecer en el asunto. Olvidar es un empeño
activo, no pasivo. El olvido consciente significa abandonar voluntariamente
la práctica de obsesionarse, tomar distancia y perderlo de vista
intencionalmente, sin mirar atrás, viviendo así en un
nuevo paisaje, creando una nueva vida y nuevas experiencias en que pensar
en lugar de las antiguas.
- Perdonar -
Abandonar la deuda. Es una decisión consciente de dejar de albergar
resentimientos, lo cual incluye renunciar a la determinación
de desquitarse.
¿Cómo
sabe uno si ya ha perdonado? Tiendes a sentir tristeza por las circunstancias
en lugar de rabia, tiendes a sentir pena por la persona en vez de sentirte
enojado con ella. Tiendes a no tener nada que te lo recuerde como para
comentar algo al respecto. Comprendes el sufrimiento que condujo a la
ofensa en primer lugar. Prefieres permanecer fuera del ambiente. No esperas
nada. No quieres nada. No hay una soga alrededor de tu tobillo alargándose
desde allá atrás hasta acá. Eres libre para irte.
Quizás no resultó ser un felices para siempre, pero
con toda certeza ahora hay un Había una vez fresco, esperándote
desde este día en adelante.
Del Capítulo 13
- Cicatrices de Batalla: Membresía en el Clan de las Cicatrices
Es bueno recordar
que en fuerza tensora y habilidad de absorber presión, una cicatriz
es más fuerte que la piel.
Las lágrimas
son un río que te llevan hacia algún lugar.
Las lágrimas
nos hacen conscientes. No hay ocasión de volverse a dormir cuando
uno está llorando. Cualquier sueño que llegue entonces será
únicamente descanso para el cuerpo.
El Clan de
las Cicatrices - esa tribu eterna de mujeres que a través de
los tiempos han pasado por algo grande y sin embargo se irguieron orgullosas.
La mayoría
de las veces herimos a otros donde, o muy cerca de donde, nosotros mismos
hemos sido heridos.
Del
Capítulo 14 - La Selva Subterránea:
La Iniciación
Una de las cosas
más básicas que median entre el mundo del alma y el mundo
de la materia es que muchas de las cosas que se nos presentan no son como
parecen al primer contacto.
Si en nuestras
sociedades modernas las manos del ego deben ser amputadas para recobrar
nuestro puesto salvaje, nuestros sentidos femeninos, entonces deberá
hacerse a fin de alejarnos de toda seducción de las cosas sin sentido
que están a nuestro alcance, cualquiera que sea a lo que nos aferramos
para no crecer.
Es un hecho psíquico
que cuando uno ha dado a luz algo hermoso también surgirá
algo oscuro, aunque sea momentáneamente, algo que está celoso,
que carece de comprensión o que muestra desprecio.
El nutrimiento
es absolutamente esencial para el viaje, y en cantidades substanciales.
De hecho, si no está presente en cantidades adecuadas, el buscador
perderá energía, caerá en depresión y se desvanecerá
como un suspiro.
Iniciación
es el proceso mediante el cual nos volvemos de nuestra inclinación
natural a permanecer inconscientes y decidimos que, cueste lo que cueste
—sufrimiento, esfuerzo, aguante— buscaremos la unión consciente
con la mente profunda, con el Yo Salvaje.
Del Capítulo 15 - Persiguiendo:
El Canto Hondo, La Canción Profunda
La palabra reclamación
se deriva de la antigua palabra francesa reclaimer, que significa
"llamar de regreso al halcón que ha sido dejado volar."
¿Así
que cuál es el punto de esta reclamación y enfoque, este
llamar de regreso al halcón, este correr con los lobos? Es atacar
por la yugular, para llegar hasta el fondo de la semilla y de los huesos
de todo y de cualquier cosa en tu vida, porque ahí es donde está
tu placer, ahí es donde está tu alegría, ahí
es donde yace el Edén de una mujer, ese lugar donde hay tiempo
y libertad de ser, de vagar, de preguntarse, de escribir, de cantar, de
crear, y de no tener miedo.
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